El 9 de septiembre de 1947, en la Universidad de Harvard, la científica Grace Hopper y su equipo estaban trabajando en la Harvard Mark II Aiken Relay Calculator, una de las primeras computadoras electromecánicas. La máquina dejó de funcionar sin razón aparente. El equipo comenzó a investigar y, para su sorpresa, encontraron un pequeño insecto —una polilla, para ser exactos— atascado en uno de los relés, interrumpiendo el circuito.
Grace Hopper sacó cuidadosamente a la polilla, la pegó con cinta adhesiva en el libro de registro de la máquina y escribió: «First actual case of bug being found» (Primer caso real de «bug» encontrado). Este incidente no solo solucionó el problema, sino que también popularizó el término «bug» para referirse a un error o fallo en un sistema informático, una palabra que ya se usaba en ingeniería para hablar de problemas mecánicos, pero que a partir de ese día se asoció directamente a la computación.
Aunque la historia de la polilla es fascinante, es importante recordar el contexto. La Harvard Mark II era una máquina enorme, del tamaño de una habitación. Sus relés eran interruptores mecánicos que se abrían y cerraban con un sonido característico, y una polilla podía quedar fácilmente atrapada, interrumpiendo el flujo eléctrico. El incidente subraya una lección fundamental: los errores en los sistemas informáticos pueden ser tanto lógicos (en el código) como físicos (en el hardware).
La contribución de Grace Hopper a la informática va mucho más allá de esta anécdota. Fue una de las pioneras en la programación, desarrollando el primer compilador y participando en la creación del lenguaje de programación COBOL. Ella siempre enfatizó la importancia de la documentación y la depuración (debugging), lo que hace que su famoso registro del «bug» sea aún más significativo.
Fuentes:
https://www.history.navy.mil/content/history/nhhc/browse-by-topic/disasters-and-mistakes/bug.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Grace_Hopper
https://www.amhistory.si.edu/collections/search/object/nmah_1216445