La historia de Intel comienza, irónicamente, con una deserción. En 1957, Robert Noyce, junto con otros siete ingenieros, dejó Shockley Semiconductor Laboratory, la empresa de William Shockley (co-inventor del transistor y Premio Nobel), debido a diferencias en la gestión y el enfoque de la investigación. Este grupo, apodado por Shockley como «los ocho traidores», fundó Fairchild Semiconductor, una empresa que rápidamente se convirtió en un pilar de la incipiente industria de los semiconductores.
Diez años después, en 1968, Noyce y otro de los «traidores», Gordon Moore, se sintieron frustrados por la falta de inversión en investigación y desarrollo por parte de la dirección de Fairchild. Con el apoyo financiero de Arthur Rock, un capitalista de riesgo, decidieron embarcarse en su propia aventura. El 18 de julio de 1968, nació NM Electronics, un nombre que pronto cambiaría a Intel Corporation, abreviatura de INTegrated ELectronics.
La visión de Noyce y Moore era clara: desarrollar semiconductores de memoria de estado sólido de alta integración. En ese momento, la mayoría de las memorias se basaban en núcleos magnéticos, que eran voluminosos y costosos. La idea de Noyce y Moore era producir circuitos integrados que fueran más pequeños, más rápidos y, crucialmente, más económicos.
Un tercer pilar fundamental en la fundación y el éxito temprano de Intel fue Andrew Grove. Aunque no fue uno de los fundadores originales, se unió a la empresa en su segundo día de existencia y, con el tiempo, se convirtió en su CEO. Grove fue crucial para transformar a Intel en una potencia manufacturera global, implementando procesos de fabricación eficientes y una visión a largo plazo que la catapultó al éxito.
Aunque Intel comenzó fabricando memorias, su destino cambiaría drásticamente con la invención del microprocesador. En 1971, un equipo de ingenieros liderado por Federico Faggin, Ted Hoff y Stanley Mazor, con la supervisión de Noyce, desarrolló el Intel 4004. Originalmente diseñado para una calculadora de Busicom, el 4004 fue el primer microprocesador comercialmente disponible.
El 4004 no era simplemente un chip; era una unidad central de procesamiento (CPU) completa en un solo circuito integrado. Este avance fue revolucionario. De repente, la potencia de cálculo que antes requería salas enteras de equipos podía caber en un pequeño chip. Esta invención no solo abrió el camino para las computadoras personales, sino que también sentó las bases para la miniaturización y la ubicuidad de la tecnología que experimentamos hoy.
Desde el 4004, Intel ha continuado innovando, desarrollando generaciones de procesadores que han impulsado todo, desde computadoras de escritorio y servidores hasta dispositivos móviles y sistemas embebidos. La «Ley de Moore», formulada por Gordon Moore en 1965 (antes de la fundación de Intel, pero que se convirtió en un principio rector de la empresa), predijo que el número de transistores en un circuito integrado se duplicaría aproximadamente cada dos años, lo que ha impulsado décadas de progreso tecnológico.
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