Nacido el 19 de agosto de 1923 en la Isla de Pórtland, Inglaterra, Codd fue un matemático y científico de la computación que trabajaba para IBM. Y en ese rol, se enfrentó a uno de los problemas más grandes y complejos de la informática de los años 60: el caos de los datos.
Para que entiendan la magnitud de su logro, deben saber cómo eran las bases de datos antes de él. Los sistemas dominantes, conocidos como bases de datos jerárquicas y de red, eran increíblemente rígidos y complejos. Imaginen los datos organizados como un árbol genealógico o una telaraña. Para encontrar una simple pieza de información, un programador tenía que escribir un programa que «navegara» por una ruta predefinida, paso a paso, a través de toda esa estructura.
El problema era mayúsculo: si la estructura de los datos cambiaba, por mínima que fuera, ¡todos los programas que accedían a ella se rompían y debían ser reescritos! La lógica del programa estaba íntimamente atada a la forma en que los datos estaban guardados físicamente. Esto era ineficiente, costoso y un freno para la innovación.
Codd, con su mente de matemático, vio este problema y propuso una solución de una elegancia y simplicidad revolucionarias. En 1970 publicó su artículo académico que cambiaría la historia: «A Relational Model of Data for Large Shared Data Banks».
Su idea era radical: separar la estructura lógica de los datos de su almacenamiento físico. Propuso que todos los datos se almacenaran en estructuras simples y bidimensionales que todos conocemos hoy: las tablas (él las llamó «relaciones»).
Cada tabla contendría datos sobre un solo tipo de entidad (por ejemplo, «Alumnos», «Cursos»). Cada fila (o «tupla») sería un registro único, y cada columna (o «atributo») sería una característica de ese registro. Las tablas se conectarían entre sí mediante «claves» (como el DNI del alumno), permitiendo combinar datos de formas increíblemente flexibles sin necesidad de saber dónde o cómo estaban guardados.
Esto dio origen al concepto de independencia de los datos. Por primera vez, los desarrolladores podían consultar la información que necesitaban simplemente describiendo qué querían, sin tener que especificar cómo encontrarla.
Al principio, IBM, su propia compañía, se resistió a su idea, ya que tenían un producto exitoso basado en el modelo antiguo. Pero la superioridad del modelo relacional era innegable. La idea de Codd dio lugar directamente al desarrollo del lenguaje de consulta que hoy es el estándar mundial: el SQL (Structured Query Language).
Para asegurarse de que su visión no fuera diluida por el marketing, Codd publicó más tarde sus famosas «12 Reglas» (que en realidad eran 13, ya que empezaban por la regla 0), que definían de manera estricta qué características debía tener un sistema para poder llamarse verdaderamente «relacional».
Fuentes:
https://www.ibm.com/history/edgar-codd
https://en.wikipedia.org/wiki/Edgar_F._Codd
https://repository.uaeh.edu.mx/bitstream/bitstreams/76b2ac78-4afa-4b68-a5ac-9a8eb96b19b5/download